Un sueño (casi) alcanzado (1)

Como bien sabéis todos (o al menos la mayoría de los que me leéis) soy fisioterapeuta, aunque he de reconocer que de pequeña mi mente estaba puesta en otra cosa.....

Siempre me había gustado la biología, mas concretamente la biología molecular, pero conociendo la situación en España ante determinadas profesiones, me hubiera muerto de asco ante las perspectivas de trabajo. Se invierte poco dinero en investigación y el que consigue llegar a algún laboratorio ya puede tener un buen padrino... o su nombre no aparecerá ni en los agradecimientos de los autores de dicho estudio.... Vamos, que la única opción casi termina siendo acabar de presentadora de televisión (y no quiero mirar a nadie...)

A los 17 años, estando aún en el instituto pasé por la típica crisis adolescente en la que empecé a decir que no quería seguir estudiando, que me sacaba un secretariado y me ponía a trabajar. Mis padres y Ramón, sabios ellos, me pillaron por banda y me hicieron abrir un poco los ojos. Me dijeron que al menos acabara los dos años que me quedaban para acabar y que entonces decidiera lo que quería hacer con mi vida. La verdad es que siempre había sido buena estudiante, un poco vaga (no os voy a engañar) pero al final las notas siempre eran buenas....

El ultimo año de instituto me relaje un poco... Bueno, bastante. De 8 asignaturas, en el primer trimestre suspendí 6, en el segundo me quedaron 4 y al final me fui a septiembre con 2... Que evidentemente recuperé, pero eso tuvo sus consecuencias con una bajada espectacular en la media de mis notas. Me presenté a selectividad ese mismo septiembre pero no se si es que los tribunales se emocionaron en exceso redactando las pruebas o que, pero unos cuantos (profesores incluidos) nos quedamos alucinados con las preguntitas....

De aquellas yo ya tenia el gusanillo de la fisioterapia metido en el cuerpo. Sinceramente, no se donde escuché hablar de ella por primera vez, porque en la familia nadie tiene relación con la medicina y sus allegados, pero el caso es que yo decidí a lo que me quería dedicar.... En esa época en Madrid solo había 2 universidades públicas donde se cursaba fisioterapia, no existía el boom de universidades que hay ahora, así que evidentemente la nota de acceso era poco menos que inaccesible (para mi, claro).

Evidentemente mis padres no me iban a permitir tirarme un año sabático preparándome la selectividad para el año siguiente, cosa que por otro lado... Ya me la podía preparar bien, porque para entrar en lo que yo quería tenia que sacar un 10!!!!! Así que me busqué otra alternativa. Los ciclos formativos (la antigua FP) de grado superior también dan acceso a determinadas diplomaturas, en función de la familia profesional a la que pertenezcan. Para acceder a fisioterapia tenia varias alternativas: o bien tirar por la rama de la imagen personal (estética), de la sanidad (dietética, salud ambiental...) o por la rama del deporte.... Y debido a tener recuperaciones en septiembre, lo mas fácil era buscar algo en lo que no tuviera que cambiar de instituto, porque allí si que me permitían presentar la solicitud. Así que me metí a estudiar (cuidado con el nombrecito) Animación de actividades físico-deportivas, TAFAD para los amigos. 2 años de deporte (y diversión) que además, si alcanzaba la nota necesaria (eso que no falte) podría estudiar lo que me gustaba.

Evidentemente, tanta diversión no podía ser ser buena para la concentración y las neuronas, así que por segunda vez consecutiva me quedaba a mitad de camino en las notas para alcanzar la universidad.... Así que finalmente mis padres se apiadaron de mi y me ofrecieron la posibilidad de estudiar en una universidad privada, eso si, con la condición inapelable de sacarme la carrera en 3 años (contando que es la duración actual de la diplomatura, no me dieron mucho margen, no)

Por hoy bastante rollo os he soltado, me reservo la segunda parte para otro momento, que ya veo muchos bostezos por el fondo.....